Grupo Aseguranza

Agroseguro ha puesto de relieve lo difícil que será para el seguro agrario este 2023. El organismo ha celebrado un encuentro en Valladolid, en colaboración con Enesa, el Consorcio de Compensación de Seguros, Saeca y la Junta de Castilla y León, donde el director general de la institución, Sergio de Andrés, se ha referido a la "difícil realidad climática de los últimos años".

Más siniestralidad

El directivo se ha referido a la sucesión de graves fenómenos meteorológicos sufridos en los últimos 7 años que han hecho que la siniestralidad se haya disparado un 132% en la última década con episodios de sequía ocurridos en 2017, 2019 y 2022, así como temporales de pedrisco, viento y lluvia, nevadas históricas o graves episodios de altas y bajas temperaturas.

De Andrés ha continuado con el repaso histórico y ha señalado que 2023 se estiman indemnizaciones superiores a los 460 millones de euros por la sequía y que han afectado a 2,1 millones de hectáreas siniestradas en lo que será el peor siniestro de la historia. A esto habría que sumar los temporales de luvia, pedrisco y viento de los meses de mayo, junio y, sobre todo, septiembre que han agravado la situación hasta elevar la previsión de siniestralidad para final de año al entorno de los 1.200 millones de euros. 

Remarcó que los agricultores y ganaderos confían en el seguro agrario y ello se nota en el aumento de la contratación. Considera que estos profesionales ven al seguro "más necesario que nunca" y detalló que el índice de Calidad Percibida muestra que "el 88,5% de los asegurados manifiestan su intención de renovar su póliza".

En el encuentro también participó Francisco Espejo Gil, subdirector de Estudios y Relaciones Internacionales del Consorcio de Compensación de Seguros (CCS), quien destacó los efectos del calentamiento de la atmósfera y el impacto que el cambio climático puede suponer para España: "una mayor irregularidad en las precipitaciones; el aumento de las temperaturas, especialmente de las mínimas y de la frecuencia y duración de las olas de calor, entre otros". Se refirió también a la sostenibilidad del sistema e indicó que depende no solo de la adaptación del seguro agrario, sino también del control de la exposición al riesgo, así como del fomento de prácticas y cultivos adaptados a las nuevas condiciones del clima.

Otro de los participantes, el director de ENESA, Miguel Pérez, resaltó el "desequilibrio del sistema" que se está produciendo este año como consecuencia de "eventos meteorológicos adversos, elevados daños en las producciones agrarias e incrementos constantes de las indemnizaciones".

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