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Las aseguradoras europeas están bien capitalizadas, en disposición de cumplir los requisitos de Solvencia II incluso si se produjeran perturbaciones graves en la cadena de suministro, bajo crecimiento y nuevas presiones inflacionistas. Es el principal resumen de la prueba de resistencia 2024 realizada por Eiopa, que ha evaluado la capacidad de las aseguradoras para afrontar a las consecuencias económicas y financieras de un recrudecimiento de las tensiones geopolíticas.

En la parte de la prueba sobre un escenario adverso marcado por una intensificación de las tensiones geopolíticas con una amplia gama de efectos en cadena, Eiopa recuerda que el test no es un ejercicio de aprobado o suspenso, pero muestra la respuesta de las aseguradoras europeas a las grandes incertidumbres que rodean el panorama geopolítico y las perspectivas económicas. Participaron 48 empresas de 20 Estados miembros, que representaban aproximadamente el 75% del mercado del EEE en términos de activos totales.

"El escenario de la prueba de resistencia infligió pérdidas significativas a las aseguradoras, pero las empresas disponían de capital suficiente para absorber las perturbaciones", precisa. Las compañías iniciaron el ejercicio con un coeficiente de solvencia agregado del 221,8% y, "tras aplicar las perturbaciones, y sin que se permitieran medidas de gestión reactivas, el coeficiente de solvencia de las aseguradoras cayó casi 100 puntos porcentuales, hasta el 123,3%, lo que se tradujo en una pérdida de capital de más de 270.000 millones de euros". Sin embargo, añade que "cuando se permitió a las aseguradoras adoptar medidas de gestión reactiva, pudieron recuperar su coeficiente de solvencia hasta el 139,9%, lo que demuestra su capacidad para adaptarse y mejorar su posición ante condiciones económicas y financieras adversas".

Además, explica que el escenario de la prueba de resistencia provocó "importantes salidas de liquidez para las aseguradoras y subrayó la importancia del amplio colchón de activos líquidos que las aseguradoras mantienen en sus balances". En ese sentido, las mayores salidas e debieron a los rescates y a la inflación de los siniestros, combinadas con las menores entradas causadas por el recorte de los pagos de primas y las entradas de reaseguro. Todo ello dio lugar a una salida técnica neta de 314.000 millones de euros, que las aseguradoras no pudieron cubrir totalmente con sus tenencias de efectivo. "Para restablecer su posición de liquidez, las aseguradoras tuvieron que liquidar parte de sus activos líquidos, pasando de compradores netos por valor de 93.200 millones de euros a vendedores netos por valor de 305.600 millones de euros según el enfoque de balance restringido", detalla.

Para Petra Hielkema, presidenta de Eiopa, "el ejercicio de este año ha puesto a prueba un escenario de gran relevancia en un momento en que los principios rectores de la cooperación mundial se cuestionan cada vez más. Aunque es tranquilizador comprobar que las aseguradoras europeas están bien posicionadas para hacer frente a las consecuencias de una nueva escalada de las tensiones geopolíticas, el capital y la liquidez a los que tendrían que recurrir las aseguradoras para hacer frente a esas perturbaciones adversas es considerable". Su conclusión es que los resultados "subrayan la necesidad de una gestión prudente del riesgo y de una estrecha supervisión, dados los tiempos de gran incertidumbre a los que nos enfrentamos. A pesar del resultado generalmente positivo del ejercicio, debemos señalar con cierto pesar que la mayoría de los participantes siguen sin querer revelar sus resultados individuales, lo que limita la transparencia de la prueba de resistencia".

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