Willis Towers Watson aconseja planificar la jubilación de los empleados
Desde que se eliminara la edad obligatoria de jubilación en el año 2012, los costes de las empresas se han incrementado sustancialmente. Ante esto, Willis Towers Watson aconseja a las compañías plantear una estrategia de salidas ordenadas cercanas a la jubilación como parte de su política de Recursos Humanos, según ha manifestado su director de Pensiones, Gregorio Gil de Rozas, durante la jornada sobre el impacto de la reforma de las pensiones en las empresas organizada junto con la CEOE.
Para Gil de Rozas, la eliminación de la edad obligatoria de jubilación, el actual déficit y las peores perspectivas macroeconómicas de las pensiones públicas, el entorno de tipos bajos, el incremento de la esperanza de vida y el envejecimiento de la población activa, son los principales factores que afectan, a día de hoy, a empleados y a empresas. Ante este escenario, “el trabajador puede optar por retrasar su edad de jubilación, incrementar el nivel de sus aportaciones, revisar los gastos ligados a las inversiones o bien aumentar el apetito por el riesgo en busca de una mayor rentabilidad”, señaló.
Mesa redonda
En la segunda parte de la jornada, se celebró una mesa redonda en la que los participantes compartieron sus experiencias sobre Planes de Jubilación. Las conclusiones que se extrajeron reflejaron la situación empresarial actual, que afronta un nuevo escenario desde 2012 a la hora de desvincular directivos y empleados y el aumento de costes al trasladar la responsabilidad desde el empleado a la empresa. Además, se puso en relieve la práctica actual de establecer Planes de Previsión y de Prejubilación tanto para los directivos como para los empleados, y la urgencia de anticiparse y plantear dichas cuestiones en los comités de dirección de las empresas, aportando, de esta manera, una visión estratégica y de largo plazo. En este sentido, Gil de Rozas ha señalado que “hasta ahora, las empresas han solucionado las salidas de sus empleados en el último momento, a través de despidos colectivos, prejubilaciones o mutuos acuerdos. Fórmulas caras, sin planificar y, en muchos casos, traumáticas, que, a la larga, no benefician a nadie. Es necesario cambiar esta situación y adaptarse a los nuevos tiempos”.