11 de diciembre
13:42
2018
La Generación Silver reclama cambios en las estructuras sociales, económicas y laborales
En España, a principios del siglo XX, sólo uno de cada 100 habitantes llegaba a los 65 años. Hoy, el 95% de las personas los supera. Gracias a los avances médicos disfrutamos de un extra de 15 años de vida. Esto ha propiciado la aparición de una nueva etapa vital entre los 50 y 70 años, conocida como la Generación Silver, que traerá un cambio radical porque permitirá que millones de personas de esa edad sigan trabajando, ahorrando, creando y consumiendo. El 40% del consumo lo protagonizan ya los mayores de 55 años; aunque solo en el 11% de las publicidades salen personas de más de 55.
Sobre las oportunidades y los retos que suponen estos cambios trata el libro 'La revolución de las canas', escrito por Antonio Huertas, presidente de Mapfre, e Iñaki Ortega, director de Deusto Business School. Ambos autores presentan una visión optimista en torno al concepto que reúne dos términos: ageing (envejecimiento) y nomics (economía). Aunque tampoco se obvian los retos ni los desafíos.
En la presentación del libro, Antonio Huertas ha hecho una lectura positiva del incremento de la esperanza media de vida en España, uno de los países más longevos del mundo. Pero alerta de que "si no lo aprovechamos bien vamos a tener el país más viejo del mundo, y eso plantea desafíos que hay que abordar".
El territorio más envejecido del mundo
En 2050, la OCDE calcula que España será el territorio más envejecido del mundo, con un 40% de la población por encima de 65 años. Esa población tiene que consumir, ir a restaurantes y realizar actividades de ocio, porque sino la economía se colapsará, y para ello se necesita contar con ingresos suficientes. "Hay que ayudar a los mayores del futuro a que puedan preparar mejor su jubilación, a tener un complemento a sus ingresos".
En este sentido, el presidente de Mapfre ha recordado que hay que proteger el sistema público de pensiones, pero también hay que tomar medidas, como lo han hecho la mayoría de los países de nuestro entorno, para desarrollar el pilar 3, pero sobre todo el 2. La apuesta es un sistema de adscripción cuasiobligatoria: "No tomar decisiones ahora puede condenar a esta sociedad de mayores a vivir un poco peor". No obstante, reconoce las dificultades de implementar este sistema en las pymes, por eso considera que "hay que ayudarlas, y en este ámbito la colaboración público-privada es indispensable. Lo privado no es el problema, es parte de la solución".
El complemento a la pensión pública puede ser una pensión privada, pero también trabajo. "El horizonte vital al que se enfrenta un trabajador que accede a la jubilación posibilita que al menos para determinados ámbitos profesionales se opte por la continuidad en el mercado laboral", según se afirma en el libro. Huertas habla de autoemprendimiento, colaboraciones puntuales, trabajo a tiempo parcial... Iñaki Ortega destaca que hay más emprendedores de más de 50 años que de menos de 30.
Inversiones y empleo
Pero aprovechar las oportunidades que ofrece la longevidad de trabajar más, aunque de otra manera, requiere actitud. Es necesario tomar decisiones en el plano individual, como formarse o reflexionar sobre la oportunidad de trabajar más allá de la edad de jubilación, pero también un cambio social y empresarial en la perspectiva laboral: "Hay que aprovecharse de la mayor longevidad, pero no hemos adecuado nuestras estructuras sociales, económicas y laborales". Y tampoco las infraestructuras.
Antonio Huertas destaca que "las ciudades son el núcleo donde la gente quiere vivir y hay que prepararlas para que los mayores puedan disfrutar de ellas, lo que también es una oportunidad. Generará inversiones y empleo". Además de las infraestructuras hay otros muchos mercados que se pueden beneficiar de estos cambios impuestos por la longevidad, como el de la salud, el ocio, el turismo, la educación, las finanzas, o los seguros.
Sobre el sector de la salud, el presidente de Mapfre explica que el sistema sanitario está preparado para la estructura poblacional actual. Si la proporción de trabajadores se va reduciendo (habrá 1,3 pensionistas por cada trabajador activo en 2050) será muy complicado mantener los sistemas de salud sin reformas. "No estamos hablando de reducir, hay que proteger el sistema. Pero hay que ser consciente de que el sistema podría colapsarse, hay que abrirse a sistemas privados que complementen el público".
Sobre este tema, el director de Deusto Business School destaca que la disrupción tecnológica va a ayudar porque genera eficiencias y reducción de costes. "Hay que apostar por la telemedicina, propiciar un envejecimiento activo. La mejor forma de sostener un sistema sanitario es tender a personas con más salud y que se cuiden más".