La falta de inversión en los edificios españoles les lleva a una situación problemática
La falta de inversiones preventivas para conservar y mantener los edificios residenciales españoles han provocado que el parque edificado español se encuentre en una situación problemática, que se agrava con el envejecimiento natural de los edificios. Es una de las reflexiones que ha puesto sobre la mesa Borja Ribas, director de Operaciones de Sensedi tal y como se recoge en el 'Informe sobre el mantenimiento del parque edificado residencial en España realizado para la proptech de Mutua de Propietarios por el Colegio de Aparejadores de Barcelona.
De esta situación derivan numerosos incidentes, muchos de los cuales han sido recogidos en el Cornisómetro, un trabajo de recopilación de accidentes publicados en medios de comunicación y redes sociales, que en dos años constató más de 1.500 accidentes, -es decir, 2 incidentes al día- siendo Andalucía, Castilla y León y el País Vasco, las regiones con más accidentes publicados. Analizando los elementos afectados, el estudio encargado por Sensede señala que un 40% de los incidentes ha afectado a fachadas; un 25% a cornisas; un 24% se debe al derrumbe de elementos o edificaciones completas y, finalmente, un 11% corresponde a otros elementos.
Los problemas estructurales, máxima urgencia
Aunque la estructura no suele ser el elemento que presenta más problemas, lo cierto es que cuando aparecen son de una gran importancia y su intervención es de máxima urgencia, señala el 'Informe del mantenimiento del parque edificado residencial en España'.
El exceso de peso, el agua, las obras de reformas sin control y el salitre son elementos que afectan a la resistencia del edificio. Existen materiales como el cemento aluminoso -utilizado en las obras realizadas entre 1950 y 1970-, o el amianto – utilizado de forma muy intensiva en el periodo entre 1960 y 1984 y de manera decreciente hasta el 2002 -, que pueden producir un aceleramiento del envejecimiento del edificio o graves consecuencias para la salud.
Otro elemento de elevado riesgo para la salud es el radón, un gas radiactivo que emana de determinados tipos de suelos, que puede estar presente el interior de los edificios siendo la segunda causa de cáncer de pulmón. En este sentido el estudio señala que "aunque la legislación actual no prevé actuaciones de mitigación en los edificios existentes, deberían establecerse mecanismos legales que obliguen a controlar esta incidencia", señala Jordi Marrot de la Unidad de Rehabilitación y Medio Ambiente del Caateb.
En la misma línea, debemos recordar que pasamos un 90% de nuestro tiempo de vida dentro de los edificios, teniendo estos un papel fundamental para asegurar unas buenas condiciones de bienestar físico, mental y social de los usuarios y para ello es importante que los edificios cuiden de aspectos como el bienestar térmico, la calidad del aire, los productos saludables, la protección frente al ruido, la iluminación, la accesibilidad, la calidad del agua, entre otros muchos.