Grupo Aseguranza

El Instituto Español de Analistas Financieros (IEAF) y la Fundación de Estudios Financieros (FEF) han presentado el documento de trabajo 'Necesidad del ahorro previsión tras una década de reformas en el sistema público de pensiones'. Este estudio ha sido elaborado por Inmaculada Domínguez, de la Universidad de Extremadura, Enrique Devesa, de la Universidad Valencia y Mercedes Ayuso, de la Universidad de Barcelona.

Principales conclusiones

Entre las principales conclusiones de este estudio después de las reformas de 2011 y 2013 fue que el retraso en la adopción de medidas "no hace sino aumentar la presión del riesgo demográfico sobre el sistema". Indicaron que a estas reformas se unen los cambios que se producirán al llevar a la práctica las recomendaciones del Pacto de Toledo y que se traducirán "en una más que probable disminución de la tasa de sustitución".

En el encuentro, que contó con la participación del sector privado con la presidenta de Unespa, Pilar González de Frutos y del presidente de Inverco, Ángel Martínez-Aldama, entre otros, se señaló que después de una década de reformas en el sistema público de pensiones el ahorro previsión es "si cabe más necesario ahora que nunca". También se señaló que el necesario impulso a los sistemas de ahorro colectivos (segundo pilar) debe realizarse sin menoscabar el ahorro individual (tercer pilar).

Reformas

Los dos autores que estuvieron en el encuentro señalaron en líneas generales que las reformas deben contar con mecanismos de ajuste automático, mayor transparencia, mayor contributividad y han de tener en cuenta la evolución de la longevidad.

En el ámbito de la previsión social colectiva las propuestas se encaminan en recuperar incentivos al empresario que realice aportaciones a estos sistemas, consenso y un periodo de implementación realista de los fondos de pensiones de Empleo de promoción pública y que las aportaciones a los sistemas complementarios se realicen tanto por parte del empresario como por el trabajador.

En cuanto a la previsión individual los cambios que se proponen también son 3: incrementar el límite de aportación deducible de 2.000 euros, especialmente para los mayores de 50 años; que el impulso en los sistemas de segundo pilar  se realice sin perjudicar al tercero y que la parte de la prestación que exceda de las contribuciones empresariales y aportaciones individuales se integra en la base imponible del ahorro y no como rendimiento del trabajo.