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29 de abril
08:46 2016
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El riesgo de Longevidad encuentra un aliado en el reaseguro

El riesgo de longevidad, o la posibilidad de que la gente viva más de lo que esperamos, es un riesgo potencialmente muy caro. Según estimaciones de The Economist, cada año de incremento de la esperanza de vida aumenta la factura de las pensiones en un 4%. Y en los últimos 10 años, en los países desarrollados, esa esperanza de vida ha crecido en 2,5 años, o lo que es lo mismo, en 15 minutos por cada hora, según comenta Víctor Barriga, director pricing de RGA Re.

La persona más longeva documentada de la historia fue la francesa Jeanne Louise Calment, que alcanzó los 122 años y 164 días. Es la única hasta la fecha que ha alcanzado la edad de 120, 121 y 122 años; sobrevivió a su hijo y nieto; y como dato curioso, a los 117 años decidió dejar de fumar. En la última década la persona que más ha vivido lo ha hecho 116 años.

La mujer más longeva

del mundo dejó de fumar

a los 117 años

Aunque una buena noticia para la humanidad, esta tendencia tiene sus riesgos. Para los individuos, el de agotar los fondos y no contar con los suficientes recursos cuando llegue el momento de la jubilación; y para las personas jurídicas, como las aseguradoras, el riesgo de que los pagos futuros sean mayores de lo calculado en un principio.

A este básico punto de partida hay que añadir otro elemento, Solvencia II, que define el SCR (capital de solvencia requerido) del riesgo de longevidad (un sub-riesgo del riesgo de suscripción) como una reducción del 20% a todas las tasas de mortalidad futuras. Esto supone, por ejemplo, según explica Juan Ipiña, director Desarrollo de Negocio Global Financial Solutions EMEA de RGA Re, erradicar el 65% de las muertes derivadas del sistema circulatorio o reducir un 70% la mortalidad del cáncer. En general, lo que supone es que en la cohorte (un grupo de una determina edad), en lugar de morir 1.000 de 100.000 mueren solo 800, lo que genera un mayor gasto por el lado de los productos de ahorro y supervivencia.

Soluciones para reducir la carga de capital

Esta valoración del riesgo de longevidad que aplica Solvencia II es muy conservador, según la opinión del sector. En cifras, según el último QIS 5, tendría un impacto en la fórmula estándar de cálculo de Solvencia II del 35% del SCR de Vida. Para ajustar mejor este riesgo las aseguradoras pueden utilizar métodos internos o bien transferir el riesgo a un tercero. Aquí entra en juego el reaseguro.

En el primer caso, la reaseguradora ha puesto a disposición de las compañías el Reaseguro por Indemnización por Longevidad (ILS), una especie de swap por el que mediante el pago de una prima se transfiere todo el riesgo y se elimina la volatilidad de la cuenta de pérdidas y ganancias.

La segunda solución para mitigar los requerimientos de capital es un Longevity Hedge, una herramienta de transferencia baja de riesgos en la que el reaseguro solo entra a funcionar en el caso de un shock remoto, por lo que como la probabilidad de que se produzca un coste también es remoto se trata de una solución menos costosa que la anterior, entre 60 y 70 veces más barata.